Es importante que sepamos que la natación es uno de los deportes que está indicado para personas de todas las edades, ya que es una de las actividades deportivas más completas. Se trabajan todos los músculos, la coordinación motora y el sistema circulatorio y respiratorio. Además contribuye en el desarrollo de la independencia y la autoconfianza del niño.
¿Cuando se puede empezar a llevar a un niño a natación?
No hay una edad en concreto recomendada para que los niños empiecen a ir a clases de natación. Algunos expertos apuntan que desde el primer mes de vida, un bebé está preparado para empezar a aprender a flotar aunque no es hasta los cuatro años cuando el aparato locomotor está lo suficientemente desarrollado como para nadar sin ninguna ayuda.
Hemos de tener claro y sobretodo saber transmitirle a nuestro hijo/a que el agua no hace daño y que no golpea. Además mantiene el peso del bebé, le permite desplazarse aunque todavía no lo haga en tierra firme, y le proporciona una grata oportunidad para reconocer su cuerpo, el espacio y los objetos.
En realidad antes de los 4 o 5 años el niño no tendrá una técnica de natación, aunque sí puede llegar a ser autónomo en el agua. La natación para bebés es una actividad lúdica para realizar un acercamiento al agua al bebé a la vez que desarrolla su cuerpo, estimula su inteligencia y va ganando destrezas.
¿Que beneficios tiene la natación en la infancia?
– Estimula su seguridad y su independencia.
– Ayuda a su desarrollo motor.
– La personalidad se asienta de forma más fuerte.
– Ayuda a dejar de lado el egocentrismo
– Fortifica la musculatura.
– Para niños más inquietos, les ayuda a relajarse.
– Aumenta la capacidad cardíaca.
– Ayuda a la sociabilización en los niños.
– Las articulaciones tienen más movilidad.
– El sueño es más tranquilo y profundo.
– Incorporan distintos valores.
¿Que tenemos que tener en cuenta?
– La temperatura del agua para un bebé debe encontrarse entre los 28º y 30º. En los sitios donde realizan las clases, ya lo tienen en cuenta.
– Los bebés no deben estar mucho tiempo dentro del agua de la piscina. Lo ideal son unos 20 minutos y si quieres puedes sacarlo y, pasada una horita, meterlo otra vez en el agua.
– Hay que respetar a cada bebé y no obligarle a entrar en la piscina si no quiere. Cada cosa a su tiempo y a su momento, sin forzar o obligar.
– Si notas que tu bebé empieza a tiritar o que se le empiezan a poner los labios morados, sácalo de la piscina y abrígalo bien.
– Si está resfriado o enfermo, no es conveniente que lo metas en el agua de la piscina. Mejor que esperes a que se mejore.
– Cuando salgáis de la piscina y antes de envolverlo con la toalla es aconsejable que lo bañes con agua dulce de una ducha, para evitar irritaciones en la piel provocada por el cloro del agua de la piscina.
– Las clases de matronatación están muy indicadas para las familias que desean que su bebé tenga un contacto más continuo con el agua de la piscina y aprendan a nadar. Al igual que se recomienda que se sigan las clases varios años para que aprendan a nadar en manos de un profesional.
– El adulto que esté a cargo del bebé jamás debe distraerse. Así como, asegurarnos de que el personal de la piscina a la que acudimos sean personas especializadas.
– Hemos de mantener la piel siempre hidratada con una crema protectora solar especial para bebés, para evitar quemaduras y eczemas.
«La natación, este deporte tan completo que fomenta la independencia e incrementa la inteligencia de nuestros pequeños, es, simplemente, como un juego»
*Todas las fotografías que hemos utilizado para esta entrada, están hechas en la piscina del Bfit Ibiza Sports Club.
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